jueves, 13 de febrero de 2014

En tiempos tristes, además de explosivos

¡Hola lectora o lector!
Hoy escribo porque tras mucho tiempo con mi blog abandonado de nuevo siento la necesidad de escribir algo.
La noche del pasado domingo y la madrugada del pasado lunes una ciclogénesis explosiva muy potente sacudió mi pueblo. Santaella sobrevivió al temporal bastante bien, solamente un árbol fue arrancado por el viento y causó algunos daños materiales a su alrededor, no hubo víctimas mortales del mal tiempo.
Mientras estaba en casa sentada oyendo al viento soplar sin tregua y a la lluvia que lo acompañaba ferozmente, una sensación de miedo y angustia me invadió. Tenía miedo de que parte del tejado de mi casa pudiese dañarse, tenía miedo de que algún cristal estallase, tenía miedo por los numerosos desperfectos que pudiese provocar en mi casa, en mi barrio, en mi pueblo...

Pero mientras pensaba eso, de repente me embargó un sentimiento de tristeza e impotencia cuando pensé que habría personas muchísimo más indefensas que yo quizá en mi barrio, pueblo, ciudad o país; pensé que habría gente sin electricidad (luz, brasero, frigorífico,etc.) por no haber podido pagar el recibo, que habría gente mal abrigada y pasando frío, que alguien podría estar bajo un techo realmente inestable, que alguien quizá no contase ni con un techo bajo el cual refugiarse.
La noche del domingo así como la madrugada y la mañana del lunes no tuvimos en el pueblo suministro eléctrico; negocios cerrados, alimentos cuyo estado peligraba, vecinos y vecinas improvisando una comida al ver su vitrocerámica inservible...y yo no podía dejar de pensar: ¿y quién no dispone de suministro eléctrico para nada?, ¿en qué situación viven esas personas?, pasando necesidades que ningún ser humano debería jamás experimentar, y lo peor, todo a consecuencia de una crisis económica provocada por la crisis de valores en el ser humano a escala mundial. Y si lo de "mundial" nos suena lejano, no hace falta alejarse tanto para encontrar miles y miles de personajes corruptos, gente podrida, humanos insensibles que por su avaricia, ansia, intereses y sed de poder han arrastrado a millones de personas a una vida indecente, inhumana, injusta, "invivible".
Y cuando veo a políticos y políticas, a la monarquía y personalidades varias aprovechar sus posiciones para lucrarse a costa de los más débiles, la impotencia pierde su significado en búsqueda de un término que responda mejor y completamente al sentimiento que me invade. Y saber que si la necesidad aprieta y te ves obligado a robar un pan que llevar a la boca de tu familia...habrá un juez dispuesto a condenarte, una pena que pagar, una celda disponible...pues hay tantas libres que deberían estar ocupadas por "personajuchos" sin alma...
Es la parte no bonita de la vida, de nuestro hoy, de nuestro ahora: un presente negro para muchas familias que espero que encuentren un aliento de esperanza a la mayor brevedad posible.
Un abrazo fortísimo a ti, por dedicarme tu tiempo y tu atención,
Ada.