De nuevo Bucay me sorprende:

“Si alguna vez me amaste... recuérdame... si aún me amas no dudes... ven por mí... te estoy esperando... ahora ¡vive sin miedo!”

Esta es una cita que me ha salido en una aplicación de una red social de la que soy asidua; Bucay siempre me deja pensando, me hace recapacitar de una u otra manera...por ello lo admiro y también por la facilidad con la que se explica y se hace comprender, sin duda alguna lo admiro y así será por siempre.

Con la cita que antes he mencionado me han sobrevenido sentimientos y sensaciones que no esperaba; o tal vez si que lo hacía y solamente estaba posponiendo el instante.

Si alguna vez me amaste: recuérdame...cómo olvidar a quien se ama, a quien se quiere o incluso a personas a las que sin darte cuenta tomas afecto y después echas de menos a más no poder. Imposible olvidar a quien se ama, es de hipócritas defender lo contrario: donde hubo fuego, cenizas quedan; huellas imborrables.

Si aún me amas, no dudes: ven por mí...si aún te aman o tu amas ¿qué haces perdiendo el tiempo, o porqué esa persona no se decide? Si no dan el paso y no queremos darlo nosotros tampoco, no perdemos mucho por preguntar un por qué, buscando razones que seguramente el corazón y la razón no entiendan o no quieran entender.

Te estoy esperando...vivir sin miedo; cuando lo deseamos de corazón, deseamos con todo el corazón que vengan en nuestra busca simplemente para darnos un abrazo, un beso o tan sólo mirarnos a los ojos en silencio...la espera duele y pesa, pesa mucho; con el tiempo he descubierto que la solución más práctica es amenizar la espera con recuerdos o aún mejor: poner fin a esa espera dando el paso nosotros mismos , vivir sin miedo tal y como nos dice Bucay, vivir sin miedo es algo un poco imposible pero no perdemos nada por intentarlo, tal vez en el intento descubramos que vivir con menos miedo nos hace más fuertes y nos llena de valor. Es impresionante como simples palabras pueden guardar tan gran significado...esperanza...miedo: dos torbellinos convertidos en simples letras.La esperanza que nos ayuda a respirar mejor, a que el aire anegue nuestros pulmones...y por el contrario, el miedo, éste nos obstaculiza el paso de aire, dificultándonos algo tan esencial como respirar.

La esperanza te hace un día más agradable, te ilusiona, te da ánimos y te inspira a seguir adelante.

El miedo te paraliza, te llena la mente de negatividad, destruye tus ilusiones y no deja aflorar la esperanza.

A menudo experimentamos estos sentimientos, es algo inevitable; nos sentimos esperanzados mientras esperamos alguna resolución, alguna explicación, una respuesta, una decisión, una acción...; sentimos a la vez miedo de que nuestras esperanzas no sean fundadas, sean meras imaginaciones, puras ilusiones creadas por desesperación, o sencillas respuestas fruto de nuestro mecanismo de defensa.

Sé que ambos sentimientos son parte de la vida pero eso no contrarresta sus efectos...puede que por el contrario los aumente...porque los conocemos...conocemos el miedo y conocemos la esperanza y eso no soluciona nada...sólo son detalles que el destino nos añade a nuestras vidas con el fin de hacerlas menos predecibles, de no ponernos las cosas fáciles, y recordarnos que la vida no es para nada justa ni fácil.

Siento mucho si esto ha parecido demasiado sentimentalista o pesado, hay días que el cuerpo te pide esto...y esto es lo que hay que darle, negarse no sirve de nada.

Gracias por leerme, un abrazo fuerte,

Ada